La policía de la memoria | Yoko Ogawa

¿Qué nos define como seres humanos? ¿El lenguaje?, ¿los sentimientos?, ¿las relaciones?, o en la base de todo eso: ¿los recuerdos?, ¿seremos básicamente recuerdos (memoria para algunos)? 

Cuando cerca de los dos años de vida comenzamos a guardar en nuestra mente eventos, hechos aislados teñidos más o menos con alguna emoción, la memoria inicia con la palabra cuando podemos definirnos como persona y cuando podemos situar con palabras el recuerdo. A partir de ahí, tal como lo hacemos con los olores que no tienen nombre propio si no que debemos relacionarlos con algo, empiezan en nuestra mente relaciones a partir de un recuerdo, de amor, de miedo, de alegría, entre otros, viajamos en el tiempo a partir de una palabra, imagen o aroma, creamos un mundo a partir de lo que recordamos, repasamos en nuestra mente escenas, espacios, momentos… 

En esta novela distópica la autora nos cuenta de una isla, que no se ubica geográficamente, en donde las cosas van desapareciendo, rosas, pájaros y otros, pero no solo desaparecen físicamente, desaparece su nombre, la palabra y el recuerdo…

La novela transcurre como dos historias paralelas, la de la protagonista y la del personaje del que ella escribe una novela. La historia es sutil, no intenta ser compleja ni responder todas las dudas alrededor de la trama, la base fundamental y el objetivo de la escritora es hablar del olvido, el olvido como arma destructora, el olvido que aniquila sentimientos, el olvido que nos borra, que nos desaparece como somos. Quizás si alguien ha convivido con una persona con demencia en el final de sus días entenderá al olvido que me refiero, al de la frase “sé que es mi padre/abuelo/a/tío/a/hermano/a pero ya no es él/ella”.

“Aunque mire las fotografías, ya no veo nada en ellas. No se me hace ningún nudo en la garganta ni siento ninguna emoción. En mis manos, no son más que pedazos de papel. El vacío del olvido se hace más grande y no hay quien pueda ponerle remedio a eso. Debe de resultarte difícil entenderlo...”


Sinopsis
La base argumental es en principio sencilla: el escenario es una isla, de la que no existen siquiera mapas que permitan diferenciar con claridad sus contornos, en la que las cosas gradualmente desaparecen. Esto no solo ocurre en su aspecto concreto, material; de igual manera se desvanecen los recuerdos acerca de esos objetos, e incluso las palabras que permitían nombrarlos. En semejante contexto, una escritora pone en peligro su vida para salvar la de su editor, uno de los pocos que recuerdan algo: esa facultad, la de atesorar imágenes y sensaciones de aquello que ya no existe, lo condena, como sucedió años atrás con la madre de la protagonista. Por otro lado, la novela contiene un texto enmarcado: el que la propia protagonista escribe, y que desde el punto de vista estructural solo parecería estar allí para dilatar el recorrido de la historia principal. 

Con esta obra, Yoko quedó finalista del National Book Award 2019 y del International Booker Prize 2020. Medios del mundo la consideraron una de las mejores obras del 2020.

Ficha del libro

Sobre la autora

Yoko Ogawa nació en Okayama, en la prefectura homónima, y se graduó en la Universidad Waseda. Actualmente vive en Ashiya, Hyogo, con su marido e hijo. Desde 1988 ha publicado obras de ficción y no ficción. Su novela La fórmula preferida del profesor ha sido adaptada al cine. En el año 2006 escribió Una introducción a las matemáticas más elegantes del mundo con Masahiko Fujiwara, un matemático, como un diálogo sobre la extraordinaria belleza de los números.

La película L'Annulaire (El anillo anular), dirigida por Diane Bertrand y protagonizada por Olga Kurylenko, estrenada en Francia en el año 2005, está basada en la obra de Yoko Ogawa, Kusuriyubi no hyōhon.

El escritor Kenzaburō Ōe ha dicho: «Yoko Ogawa es capaz de dar expresión a los elementos más sutiles de la psicología humana en una prosa sutil pero penetrante.» La sutileza reside en parte en el hecho de que los personajes de Ogawa a menudo no parecen saber por qué actúan de la forma en que actúan. Su estilo se basa en la acumulación de detalles, una técnica quizás más eficaz en sus obras breves; el lento ritmo de desarrollo en las obras más extensas requiere algún tipo de intervención "deus ex machina" para resolver las tramas. Al lector se le presenta una profunda descripción de los protagonistas, en su mayoría, aunque no siempre, mujeres, cómo observan, sienten y razonan, reflejando la sociedad japonesa y especialmente el papel de las mujeres en ella.

Metas de lectura

 

Manuel Valencia 1 de febrero de 2023
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